jueves, 24 de octubre de 2013

Los caminos históricos desde Valencia

Todo comienza en Valencia. Es donde nací y donde vivo. Por tanto, es donde doy el primer paso. Es de donde sale mi camino. Y hablando de caminos...

De todas las vías de comunicación históricas en nuestro territorio, la Vía Augusta es la más importante. Fue construida como el eje principal de comunicaciones de la Hispania romana, comunicando la ciudad de Cádiz (Gades) con los Pirineos donde enlazaba con la Vía Domitia, que se prolongaba por la costa mediterránea y cruzaba los Alpes en dirección hacia Roma. Aunque ha recibido muchos nombres (Hercúlea, Heráclea y camino de Anibal, entre otros) es más conocida por el emperador romano bajo cuyo mandato se iniciaron, en los últimos años del siglo I a.C., importantes obras de reparación.


Precisamente, la ciudad de Valencia (Valentia) se fundó en el siglo II a.C. sobre la isla fluvial donde la Vía Augusta vadeaba el río Turia (Tyrius), cerca de su desembocadura. En aquella época, la ciudad presentaba la típica disposición en cuadrícula de los asentamientos romanos. El cardo, o calle principal de la población en sentido norte-sur, seguía el trazado de la vía (actuales calles del Salvador y Barchilla). Lo cruzaba el decumano, en sentido este-oeste (calles del Almirante y Caballeros), que permitía acceder a otras salidas que llevaban hacia los poblados vecinos y el mar. El foro o centro de la ciudad se situaba donde hoy está la plaza de la Virgen. 
El decumanus maximus de Valentia, Centro Arqueológico de L'Almoina (foto por PCA (c))
Por tanto, cuatro fueron los caminos de salida de la ciudad más importantes, que muy probablemente estaban sobre las siguientes infraestructuras actuales:
  • el camino hacia Sagunto (Saguntum), por la calle del Salvador, cruzando el río por un puente de madera donde el actual puente de la Trinidad y continuando por la calle Alboraya.
  • el camino hacia Xàtiva (Saetabis), por la calle Barchilla, plaza de la Reina y calle San Vicente Ferrer. Estos dos caminos constituyen parte de la Vía Augusta.
  • el camino hacia el mar, por la calle del Almirante y siguiendo el río por su margen derecha.
  • el camino hacia el interior, por las calles de Caballeros y Quart.
La proliferación de diferentes alquerías, arrabales y poblados alrededor de la ciudad hizo necesario construir nuevas vías para el transporte de personas y mercaderías. La ampliación de la ciudad y la construcción de las líneas de muralla, primero musulmana y más tarde cristiana, obligan a abrir puertas de la ciudad en las embocaduras de estos caminos. En todo caso, se mantienen los cuatro caminos principales mencionados, a los que se unen otros secundarios, como son: el camino a Llíria, por el puente de San José y el camino de  Burjassotecamino a Torrent, por las actuales calles del Hospital y Cuencao el camino a Ruzafa, por la calle del mismo nombre.
En el siglo XVII ya encontramos mapas del territorio donde se detallan estos caminos. En el mapa del Reino de Cassasus, de 1693, se dibujan con una doble línea de puntos cuatro grandes caminos reales que salen de Valencia con destino a Barcelona y Zaragoza (por Sagunto), Castilla (por Requena) y Murcia (por Xàtiva). 

Mapa de los caminos de Valencia, por Tomás López Vargas (finales del siglo XVIII)
En el mapa publicado en 1788 por Tomás López Vargas se incluye el "nuevo" Camino Real de Madrid que comunicaba Valencia con la Meseta por Almansa, además de otros que constituían una red secundaria que unía la ciudad con las poblaciones de Morella, Llíria y Dénia, además del camino de Xàtiva a Alicante por Alcoi.

Modernamente, las carreteras preparadas para el tráfico de vehículos han aprovechado la mayoría de estas históricas plataformas. Un claro ejemplo es la ocupación de la Vía Augusta por la carretera N-340. Por ellas comenzaré mi andadura. Pero sólo utilizaré estas grandes vías de comunicación para acercarme a otras más modestas e interesantes. Pues, ya lejos de las grandes poblaciones y de las modernas infraestructuras, pueden encontrarse muchos caminos, hoy en desuso, que merece la pena conocer. Y por los que me han llevado mis pasos (y lo seguirán haciendo).

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